Preludio de Jueves Santo con la Virgen de la Paz en Castilblanco


La Virgen de la Paz portaba una rosa blanca durante el traslado a la Parroquia del Divino Salvador tras el proceso de restauración / Juan Carlos Romero
La Virgen de la Paz portaba una rosa blanca durante el traslado a la Parroquia del Divino Salvador tras el proceso de restauración / Juan Carlos Romero

Acólitos, incienso, velas y ciriales. Emoción y por momentos también llanto. Recuerdos por los que están y los que se han ido. La Hermandad de la Vera Cruz presentó ayer a la Virgen de la Paz tras el proceso de restauración que se ha llevado a cabo desde noviembre en Marchena.


Juan C. Romero. Extraordinaria estampa, a medio camino entre una venida de Escardiel -por el que supone un reencuentro esperado y por la singular procesión en las andas cedidas por esta hermandad- y la noche del Jueves Santo. Sólo un hábito blanco dejaba al descubierto la intervención del restaurador marchenero licenciado en Bellas Artes, José María Calderón.

Luz tenue del atardecer en la Avenida de la Paz para ver a la imagen de la advocación de María que da nombre a esta calle céntrica de Castilblanco salir de una casa camino de la Parroquia del Divino Salvador. Silencio a la salida, interrumpido por el canto de la Salve. Y Paz, para una familia  -la de la camarera de la Virgen, Rosario Romero-  que aún viviendo unos momentos dificíles guardarán en su recuerdo aquella noche de marzo que compartieron con la Virgen en su hogar, antes del reencuentro con su pueblo.

La Banda Municipal de Música de Castilblanco aguardaba en la Avenida de España a la comitiva que encabezaba la Cruz Parroquial. Acólitos, el párroco, las autoridades municipales y los representantes de las hermandades locales junto a los castilblanqueños para acompañar una procesión que devolvió a la Virgen de la Paz frente al Cristo de la Vera Cruz pasadas las ocho de la tarde.

Al término de la celebración de una misa de acción de gracias quedó expuesta en besamanos, a los flashes de las cámaras que inmortalizan a la imagen desprovista del traje de reina, y  a la observación de los vecinos que con detenimiento atendían a la mirada remozada de la imagen. Desde hoy, luce en su altar, lista para cuando en dos semanas se inicien los cultos.

El proceso de conservación

«En contra de lo que imaginábamos, en comparación con la restauración del Cristo, la intervención sobre la imagen de la Virgen de la Paz ha tenido igual o más trabajo» reconoce el hermano mayor de la Hermandad, Manuel Vázquez, quien culmina mandato en la Junta de Gobierno en los próximos meses. Vázquez se ha mostrado satisfecho por la labor llevada a cabo durante los cuatro años de trabajo en la Hermandad. Se finalizó la restauración del altar de cultos de la hermandad de la Vera Cruz emprendida por la anterior, procedió al montaje del conjunto artístico en una nueva disposición en la Parroquia, construyó el altar cerámico nuevo que recoge un antiguo grabado de Castilblanco de Pier María Baldi, reformó el paso de palio para aligerar el peso del conjunto, y finaliza el mandato con la restauración de los titulares de la corporación.

La Virgen de la Paz es una talla anónima de candelero, donada en 1962 a la Hermandad de la Vera Cruz por el sacerdote Guillermo Romero procedente del convento de la Paz de Córdoba, de ahí su singular advocación. Fue restaurada en el año 1992 cuando procesionó por primera vez bajo paso de palio en la tarde del Jueves Santo. Antes de la presentación de la talla, tras esta intervención en los años noventa, sufrió una serie de repintes sobre la policromía original rompiendo la estética y armonía del conjunto artístico que son los que ahora han sido revertidos.

Dos notas manuscritas encontradas en el interior relatan las intervenciones más próximas que ha sufrido la imagen. La primera de la que se tiene constancia data de 1868. Primitivamente, la Virgen de la Paz, era de gloria. Recibe culto en un retablo obra de Pablo Guisado en la Parroquia del Divino Salvador.

La imagen antes y después e la intervención / Fotografías: Juan Carlos Romero

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3 respuestas a “Preludio de Jueves Santo con la Virgen de la Paz en Castilblanco”

  1. […] Vázquez aludió al estado saneado de las cuentas y de los proyectos de relieve que se han culminado recientemente, como la restauración de las imágenes titulares: el Cristo de la Vera Cruz y la Virgen de la Paz. […]

  2. […] La Virgen de la Paz es una talla anónima de candelero procedente del convento de la Paz de Córdoba, donada en 1962 a la Hermandad de la Vera Cruz por el sacerdote Guillermo Romero. Tras una intervención que José María Calderón llevó a cabo en Marchena desde fines de 2011, la imagen regresó al municipio en marzo del año pasado para la celebración del triduo cuaresmal, y fue trasladada desde la vivienda particular de su camarera, Rosario Romero, en la Avenida de la Paz… […]

  3. […] La Virgen de la Paz es una talla anónima de candelero procedente del convento de la Paz de Córdoba, donada en 1962 a la Hermandad de la Vera Cruz por el sacerdote Guillermo Romero. Tras una intervención que José María Calderón llevó a cabo en Marchena desde fines de 2011, la imagen regresó al municipio en marzo del año pasado para la celebración del triduo cuaresmal, y fue trasladada desde la vivienda particular de su camarera, Rosario Romero, en la Avenida de la Paz… […]

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