El cortometraje de la productora Atienza Films exhibe en poco más de siete minutos un duro relato con situaciones que evidencian el dolor o los dramas que se esconden al otro lado de la imagen idealizada que se transmite por redes.
JUAN CARLOS ROMERO | Algo más de siete minutos han bastado al equipo de la productora Atienza Films para visibilizar un crudo relato con el que se aproximan a las múltiples situaciones que se encuentran al otro de la pantalla y de las redes sociales, y que evidencian las contradicciones de la imagen que las personas proyectan de sí mismas a través de redes sociales.
La violencia machista, la homofobia, traumas por sanar, el miedo al juicio de otras personas, la autoexigencia y el culto a un ideal de belleza, o el deseo de mantener una apariencia para no defraudar, son temas que sobresalen en el cortometraje y que ponen de relieve todo cuanto se omite detrás de una pantalla.
Bajo la dirección de Cristóbal Atienza, el equipo de Atienza Films continúa en «Vidas (im)perfectas» con la misma vocación de servicio que ha estado presente desde sus orígenes para invitar con el cine a la reflexión, haciendo visibles tabúes, realidades complejas, y problemas hondos que, sin embargo, se manifiestan en la vida cotidiana.
La producción localiza sus escenas en enclaves de Castilblanco de los Arroyos como la popular Plaza Amarilla, que acoge cada verano la Fiesta del Agua, o la tienda Comestibles Romero Márquez, de Eduardo Romero, que hace un cameo en una de las escenas del cortometraje.
«Vidas (im)perfectas» es un proyecto audiovisual original que se ideó y realizó durante los días 1 y 2 de marzo a modo de maratón en 48 horas en el marco del certamen de cortometrajes «Castilblanco y Acción» de Castilblanco de los Arroyos.
A las andadas 
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