Un lienzo de la Divina Pastora de las Almas de Miguel Alonso de Tovar, un Crucificado de Roque Balduque o el Santo Padre con su leyenda popular, fueron algunos de los bienes desaparecidos en 1953 en Almadén junto a titulares de ermitas que hoy no existen intra y extramuros del municipio
QUEDA PROHIBIDA LA REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL EN OTRAS PÁGINAS Y MEDIOS DE ESTE ARTÍCULO PERIODÍSTICO SIN PREVIA AUTORIZACIÓN Y CONSENTIMIENTO EXPRESO DE SU AUTOR
JUAN CARLOS ROMERO El 4 de enero de 1953 un fallo en la iluminación del Portal de Belén provocó un incendio que destruyó el retablo mayor junto con sus imágenes de San Sebastián y San Roque, y buena parte de los tesoros del patrimonio artístico y emocional de este municipio de la Sierra Morena de Sevilla. Las campanas daban la voz de alerta a unos vecinos que acudieron a tratar de salvar a algunas de sus devociones. Mientras algunas se salvaron, como el Cristo del Crucero ubicado en un retablo lateral, otras acabaron reducidas a cenizas, como la primitiva imagen de la patrona.
Para la reconstrucción del templo mayor tras el incendio se adaptó un retablo de la iglesia de San Felipe de Carmona. La hornacina central de este nuevo retablo de la Iglesia de Santa María de Gracia la ocupó el Cristo del Crucero, patrón de la localidad, que en sus primeros años tras salvarse de las llamas presentaba una pátina de humo que ennegrecía de manera significativa sus facciones.
Una imagen de la Inmaculada ocupó el ático del nuevo retablo mayor que en retablo quemado acogía al crucificado que se expone ahora en la sacristía, atribuido a Roque Balduque, y la antigua talla del Dulce Nombre de Jesús ocupó el primer cuerpo. A los lados de este retablo se encuentran en la actualidad las esculturas de San José y de San Antonio.
La historia y la valiosa factura del crucificado atribuido a Roque Balduque ubicado en el ático del primitivo retablo mayor, enterrado bajo el altar, descubierto en 2002 y recuperado en 2020, hizo que el arzobispo de Sevilla, José Ángel Saiz Meneses, en su primera visita pastoral al templo melojero el pasado 18 de marzo, se interesase y dispusiera hacerse una foto junto a integrantes de la comunidad parroquial delante de este primitivo cristo del ático o del Crucero. Instantánea que el propio Saiz compartió después en sus redes sociales para reconocer lo «grande» y «variada» que es su Archidiócesis.
La talla de Jesús Nazareno, está atribuida por el profesor Jesús Romanov al imaginero Juan Bautista Petroni como la Virgen del Carmen, restaurada años después por el alcalareño Manuel Pineda Calderón, y son exponentes del patrimonio original que quedó a resguardo tras el fuego.
La Virgen de los Dolores, con capilla propia, sigue recibiendo culto en su emplazamiento histórico junto al Cristo Yacente o del Santo Entierro que, como otras cofradías primitivas de La Soledad, estaba articulada para el antiquísimo rito del Sermón del Descendimiento del Señor durante la celebración de los Oficios de la Semana Santa.
La Virgen de Gracia en 1568
La primitiva imagen de la patrona ocupaba la hornacina principal del antiguo retablo mayor, y no se salvó de las llamas en 1953. La actual imagen de la Virgen de Gracia, titular de la parroquia y patrona, es obra del escultor local Jaime Mate, que la modeló y policromó a los 17 años atendiendo a las indicaciones del escultor e imaginero Antonio Bidón en Sevilla.
De una talla anterior -se desconoce si la perdida en el fuego de 1953- se hablaba en 1568 en el archivo parroquial, como cita el catálogo artístico, en una orden de pago en favor de Jerónimo de Obregón “por su trabajo de pintar y aderezar la imagen de Nuestra Señora porque estaba muy maltratada del rostro y del cuerpo y le doró la cabeza y aderezó al Niño Jesús y lo doró”.
Profesionales del Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico (IAPH) se ocuparán de los trabajos de restauración, en caso de que sea posible, o de hechura de una nueva talla de la Virgen de Gracia tras el incendio que en la madrugada del Domingo de Ramos al Lunes Santo de 2023 se produjo afectó gravemente al retablo y a la imagen de la patrona.
La Pastora de Miguel Alonso Tovar
De entre otras joyas perdidas destaca un lienzo de la Divina Pastora de las Almas de la primera mitad del siglo XVIII, obra original de Alonso Miguel de Tovar, del círculo de Bartolomé Esteban Murillo y natural de Higuera de la Sierra (Huelva).
Esta pintura formaba parte de los lienzos que fray Isidoro de Sevilla encargase con las primeras representaciones de la virgen menos ostentosa y ataviada de pastora buscando una mayor identificación con la feligresía para tratar de atajar la crisis de religiosidad.
La devoción de la Divina Pastora arraigó el décadas posteriores al fuego de 1953 en Almadén de la Plata, que cuenta en la actualidad con imagen, retablo y hermandad propia a esta advocación gloriosa de la Virgen.
La Fototeca de la Universidad de Sevilla y el catálogo provincial, fundamentales
De la existencia de estos bienes dan cuenta las fotografías de los años treinta que realizó el fotógrafo José María González-Nandín y Paúl, documentadas gracias a la Fototeca de la Universidad de Sevilla.
El Catálogo arqueológico y artístico de la provincia de Sevilla realizado en los años cuarenta por José Hernández Díaz, Antonio Sancho Corbacho y Francisco Collantes de Terán, profesores de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Sevilla, en su tomo 1, hace una descripción del patrimonio que atesoraba el edificio. En él detalla también algunas reliquias que formaron parte del templo antes del incendio de 1953.
El orbe del Santo Padre
El historiador Juan José Antequera Luengo en su libro ‘Almadén, ayer’, publicado por la Diputación de Sevilla en el año 1990, permite una aproximación a esta historia cuando documenta, entre la abultada relación de hermandades y santuarios que albergaba esta población serrana en proporción a su escaso número de habitantes. Así, estaba documentada la existencia de una imagen de San Bartolomé que contó con ermita propia y romería en su honor. O un hospital de auxilio a caminantes bajo la advocación de Nuestra Señora de los Ángeles.
Un conocimiento que, aunque existe y se recoge en los archivos y libros, no se encuentra accesible en Internet, creando un efecto de vacío que hace que las referencias publicadas relativas al patrimonio melojero en no pocas ocasiones sean vagas o pobres en diversos sitios web de las administraciones consultados para realizar este artículo periodístico. Para clarificar los hechos, las fuentes del historiador local Miguel Ángel Vargas han sido relevantes, así como las indicaciones de Pilar Castillero, licenciada en Bellas Artes, o el investigador Salvador Hernández.
Las imágenes de Santiago Apóstol a caballo, San Isidoro de Sevilla, San Nicolás de Bari, Santa Lucía, San Benito y San Gregorio de Osset, devociones que tuvieron ermita propia ubicada frente al templo parroquial y testimonio del arraigo de ambos santos en el Norte de la provincia de Sevilla, la Virgen del Rosario, el retablo y lienzo de las Ánimas, o el altorrelieve del Santo Padre desaparecieron.
Este sobresaliente Santo Padre gozó de inusitada popularidad, dado que los más veteranos rememoran que un párroco extendió entre los niños que acudían a comulgar que, el día que el orbe acabase en el suelo, se acabaría el mundo.
En partes se cumplió aquella profecía del Santo Padre de Almadén de la Plata, por ocurrente que fuera el sacerdote que la trasmitía a los niños, y con la que buscaba quizá atemperar la inquietud y actividad de los más jóvenes en los años cuarenta y cincuenta, pues hace 70 años, cuando el fuego redujo a cenizas el presbiterio con las imágenes y los retablos más cercanos al altar mayor, el orbe del Santo Padre cayó de su particular atalaya y Almadén de la Plata escribía una de las páginas más dolorosas de su rica historia.
QUEDA PROHIBIDA LA REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL EN OTRAS PÁGINAS Y MEDIOS DE ESTE ARTÍCULO PERIODÍSTICO SIN PREVIA AUTORIZACIÓN Y CONSENTIMIENTO EXPRESO DE SU AUTOR
A las andadas 
Deja un comentario